lunes, 11 de marzo de 2013

Imaginación sin anestesia

Título: El imaginario del Doctor Parnassus. 
Año: 2009, Reino Unido. 
Director: Terry Gilliam. 
Reparto: Christopher Plummer, Heath Ledger, Tom Waits, Lily Cole.
Género: Fantástico, circo. 

Este film relata la historia de un padre y una hija, que junto con dos ayudantes y una caravana al más puro estilo Barroco, se dedican a mostrar su espectáculo ante un público, que en un principio, no acepta con gran satisfacción los distintos números que ponen en escena. Con la incorporación de un desconocido (Heath Ledger) a este equipo de titiriteros, el show comienza a tener un éxito increíble. 

La película cuenta con una imagen espectacular, un colorido y una excentricidad nunca jamás vista en las grandes pantallas. Gilliam no ha sabido aprovechar esa calidad y ha presentado ante los cinéfilos un argumento que se pierde a lo largo del film. Incluso, las conversaciones son tan tediosas e incoherentes, que la exuberancia de las imágenes también aburre al espectador.
 

Tanto en el asiento del cine, como a la salida del mismo, la decepción inunda todo tu cuerpo. La publicidad con la que ha contado la película, ha sido una de las claves para que haya obtenido beneficios. Han vendido el film reiterando que era el último largometraje de Heath Ledger, quien ha hecho películas como Diez Razones para Odiarte. Además, nos han persuadido con su gran reparto: Johnny Depp, Jude Law y Colin Farell. Cierto es, que en ningún momento del trailer cuentan la realidad, y que la aparición de estos tres grandes actores son pequeñas colaboraciones de escasos minutos.
 

Dejando de lado el cuento que algunos se han creído de la promoción del Imaginario, no es más que eso: Pedazos de sueños sin ninguna conexión, sólo imaginación sin sentido. Toda la historia se enriquece con la inmersión de las personas participantes en las actuaciones de los protagonistas, las cuales suben al escenario para adentrarse en el interior de un espejo que llevaban consigo los saltimbanquis en su inmensa caravana o artilugio con ruedas. Elemento alternativo que a Gilliam se le ocurrió por su afán de acabar el largometraje tras la muerte del protagonista Heath Ledger.
 

Al fin y al cabo, se trata de un film ideal para todos aquellos fanáticos de las películas gilliamescas. No creo que sea apto para todo aquel que va al cine a deleitarse con una trama que pueda seguir y a disfrutar de las diversas conversaciones, no a perderse entre los sueños de algo fantástico, incongruente, disperso e inconexo.

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